Contaba mi padre, que durante su infancia, mientras vivió en Salvatierra, Guanajuato ; tenía una tía que tenía una casa muy cerca del famoso puente de piedra.
La casa era grande con paredes desgastadas y viejas, y esta tía perdió a sus papás casi al mismo tiempo,y al pasar los reglamentarios siete años de enterrados, pidió su permiso, los desenterró y los llevó a casa.
Así es que en su sala tenía los féretros de sus padres, con quienes platicaba todos los días, hasta que murió.
Me tranquiliza pensar que era una tía lejana, muy lejana
...de las historias de mi Padre.
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