lunes, 27 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
martes, 21 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
está lloviendo afuera, es una tormenta, ni siquiera alcanzo a oír mis manos en el teclado... no alcanzo a ver la lluvia... pero la escucho... porqué me gusta tanto la lluvia??? es como si la tierra hablara en un lenguaje que nadie entiende, como si quisiera decir algo... está gritando... qué grita? qué quiere?...
lunes, 13 de octubre de 2008
hoy en diferentes ocasiones, me he preguntado lo mismo... cuándo llegamos a dónde estamos ? cuándo el alimento se vovlió un privilegio de unos?
Hoy estaba en el super haciendo fila, comprando una caja de cereal que me quitaría el hambre y además me haría sentir saludable ( ja!), cuando un viejito en la caja de a lado, pagaba sus artículos (si si, no dejaré de lado mi debilidad por los viejitos tiernos).
Cuando voy en la calle, caminando, en el coche o donde sea, tengo esa no sé si buena o mala costumbre de observar todo lo que está alrededor, y así me imagino historias de las personas que pasan,de la señora que lleva al niño, del señor que va cargando una caja. En fin, el hecho es que este buen señor setaba en la caja esperando que le cobraran sus artículos; él, alto, flaco, su piel quemada y arrugada por el tiempo y el sol, sus mejillas caídas por el efecto de la gravedad y la falta de la dentadura. seguí su camino con la mirada en lugar de ver si me cobraban bien ( espero que si )y él para pagar sacó un billete de 500 pesos de los viejitos, de esos que yo tenía en una bolsita que me dió mi abuela, los color beige...y la cajera lo vió con desprecio, con la cara de alguien que no entiende nada, con la cara de alguien que solo le importa el color feo de su cabello; y entonces él, le dió otro billete, esta vez de 100 pesos, pero igual de esos viejitos. ella le dijo que esos no servían... y él le decía que se los dieron en el banco... con su cara inocente y tierna, le dió un billete de 50 que también tenía ( esta vez, de los buenos), y le dijo que lo que no alcanzara lo regresara... Yo en mi afán de no sentir dolor, supliqué que estuviera comprando alcohol o algo a´si, para verlo con desprecio y seguir con mi camino... pero no, él llevaba aceite, y café en polvo...
No sabía qué hacer, pagar su super? darle un sape a la cajera?... no pude hacer nada... tomé mis bolsas y salí caminando...
pensando... él solo quería una botella de aceite capullo... y un nescafé en polvo...
...yo an cambio... llevaba mi cereal para enflacar... mi botella de agua con 20 % más, una taza, y un the especial para reducir el estrés...
sin palabras...
Hoy estaba en el super haciendo fila, comprando una caja de cereal que me quitaría el hambre y además me haría sentir saludable ( ja!), cuando un viejito en la caja de a lado, pagaba sus artículos (si si, no dejaré de lado mi debilidad por los viejitos tiernos).
Cuando voy en la calle, caminando, en el coche o donde sea, tengo esa no sé si buena o mala costumbre de observar todo lo que está alrededor, y así me imagino historias de las personas que pasan,de la señora que lleva al niño, del señor que va cargando una caja. En fin, el hecho es que este buen señor setaba en la caja esperando que le cobraran sus artículos; él, alto, flaco, su piel quemada y arrugada por el tiempo y el sol, sus mejillas caídas por el efecto de la gravedad y la falta de la dentadura. seguí su camino con la mirada en lugar de ver si me cobraban bien ( espero que si )y él para pagar sacó un billete de 500 pesos de los viejitos, de esos que yo tenía en una bolsita que me dió mi abuela, los color beige...y la cajera lo vió con desprecio, con la cara de alguien que no entiende nada, con la cara de alguien que solo le importa el color feo de su cabello; y entonces él, le dió otro billete, esta vez de 100 pesos, pero igual de esos viejitos. ella le dijo que esos no servían... y él le decía que se los dieron en el banco... con su cara inocente y tierna, le dió un billete de 50 que también tenía ( esta vez, de los buenos), y le dijo que lo que no alcanzara lo regresara... Yo en mi afán de no sentir dolor, supliqué que estuviera comprando alcohol o algo a´si, para verlo con desprecio y seguir con mi camino... pero no, él llevaba aceite, y café en polvo...
No sabía qué hacer, pagar su super? darle un sape a la cajera?... no pude hacer nada... tomé mis bolsas y salí caminando...
pensando... él solo quería una botella de aceite capullo... y un nescafé en polvo...
...yo an cambio... llevaba mi cereal para enflacar... mi botella de agua con 20 % más, una taza, y un the especial para reducir el estrés...
sin palabras...
viernes, 10 de octubre de 2008
el lugar esra extraño no sé cómo llegué ahí...
a los dos lados había cajas apiladas, macetas hacia arriba, hacia abajo y todo tipo de plantas...empecé a caminar entre ellas. solo viendo, con ganas de comprar algo.Ese día estaba dispuesta a compar algo, qué mejor que una planta. Pero ninguna me convencía...
de pronto, em medio de todas las cajas había un pequeño estante, con unas plantas pequeñitas como metidas en cajitas, pero se veían raras, hasta tristes podía decir yo, secas. Me acerqué poco a poco a verlas... y las vi de cerca paracían una extraña piedra y casí podía jurar que estaban tristes, podía dislumbrar una mueca de tristeza gris. me acerqué y sentí una, parecía de piedra, algo me provocó una gran tristeza.
No sé porqué sentí que ten ía que ayudarlas, tomé una y la sumergí en agua, luego otra y otra...
cuadno las vi de nuevo, tenían ojos y lágrimas escurrían de ellos, la pude ver triste con lágrimas.
La levanté, y la saqué de la cajita, de pronto una gran cantidad de raíces salieron y se aferraron a mi mano, cada una de sus raíces abrazaba mi mano con mucha fuerza, no me soltaba, y al verla de frente era como una extraña raíz con ojos, y bocxa y lágrimas, que se aferraba ami, y no podía dejar.
Me provocó tal ternura que decidí llevarla conmigo... pero al saber el precio, era imposible pagarlo $2,100 , dos mil cien pesos por una planta del tamaño de mi mano, y ese día no llevaba dinero. ´No podía fallarle a la plantita. cómo decirle que la dejaría, así triste, sola, llena del ágrimas.
Me dió miedo, algo en us manera de aferrarse me daba miedo. El señor de la tienda trató de advertirme, no se crea, esas no son plantas, son cerdos.
quisiera n o haber despertado para saber qué pasaba después...
a los dos lados había cajas apiladas, macetas hacia arriba, hacia abajo y todo tipo de plantas...empecé a caminar entre ellas. solo viendo, con ganas de comprar algo.Ese día estaba dispuesta a compar algo, qué mejor que una planta. Pero ninguna me convencía...
de pronto, em medio de todas las cajas había un pequeño estante, con unas plantas pequeñitas como metidas en cajitas, pero se veían raras, hasta tristes podía decir yo, secas. Me acerqué poco a poco a verlas... y las vi de cerca paracían una extraña piedra y casí podía jurar que estaban tristes, podía dislumbrar una mueca de tristeza gris. me acerqué y sentí una, parecía de piedra, algo me provocó una gran tristeza.
No sé porqué sentí que ten ía que ayudarlas, tomé una y la sumergí en agua, luego otra y otra...
cuadno las vi de nuevo, tenían ojos y lágrimas escurrían de ellos, la pude ver triste con lágrimas.
La levanté, y la saqué de la cajita, de pronto una gran cantidad de raíces salieron y se aferraron a mi mano, cada una de sus raíces abrazaba mi mano con mucha fuerza, no me soltaba, y al verla de frente era como una extraña raíz con ojos, y bocxa y lágrimas, que se aferraba ami, y no podía dejar.
Me provocó tal ternura que decidí llevarla conmigo... pero al saber el precio, era imposible pagarlo $2,100 , dos mil cien pesos por una planta del tamaño de mi mano, y ese día no llevaba dinero. ´No podía fallarle a la plantita. cómo decirle que la dejaría, así triste, sola, llena del ágrimas.
Me dió miedo, algo en us manera de aferrarse me daba miedo. El señor de la tienda trató de advertirme, no se crea, esas no son plantas, son cerdos.
quisiera n o haber despertado para saber qué pasaba después...
martes, 7 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)