"Imagina dos cuerpos, totalmente distantes y extraños. Perdidos en el espacio infinito de las posibilidades. Los caminos astrales se reconocen y súbitamente estos seres, otrora destinados a ignorarse, aparecen juntos a los ojos del observador -la subjetividad misma de los involucrados-. Durante un estrecho espectro del tiempo, limitado y efímero, pero que siempre se antoja eterno, los cuerpos distantes y extraños se funden, aparentando ser uno sólo. Entonces, el curso natural y necesario de la realidad los separa, operando bajo el mismo principio que los unió, pero en reversa.1
(1)http://retraktil.wordpress.com/2009/03/17/capitulo-4-flores-de-cristal/
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