Yo estoy un poco loca, hay cosas que se quedan en mí, momentos, estados, olores, que son básicos para mi, y cada vez que los recuerdo, me hacen feliz otra vez o triste otra vez... depende del día.Uno de los libros que marcó mi vida es Pedro Páramo, no recuerdo ni si quiera cuándo lo leí pero debe haber sido en secundaria,y desde entonces lo recuerdo de una forma muy especial. Casi podía yo oler Comala, y la lluvia, y el sopor mientras iba caminando.Ahí descubrí que sopor es una linda palabra y que en un libro tiene tanta vida, que lo puedo sentir todavía. Por eso hoy se me antojó leer un fragmento, chiquito; y como intenet nos permite encontrarnos de todo, pues aquí está el fragmento que queda perfecto para el día de hoy...
"Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo en su lugar. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: "Hay allí, pasando el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche." Y su voz era secreta, casi apagada, como si hablara consigo misma... Mi madre.
-¿Y a qué va usted a Comala, si se puede saber? -oí que me preguntaban.
-Voy a ver a mi padre contesté.
-¡Ah! - dijo él.
Y volvimos al silencio.
Caminábamos cuesta abajo, oyendo el trote rebotado de los burros. Los ojos reventados por el sopor del sueño, en la canícula de agosto.
-Bonita fiesta le va a armar -volví a oír la voz del que iba allí a mi lado-. Se pondrá contento de ver a alguien después de tantos años que nadie viene por aquí.
Luego añadió:
-Sea usted quien sea, se alegrará de verlo.
En la reverberación del sol, la llanura parecía una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se traslucía un horizonte gris. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más adelante, la más remota lejanía.
-¿Y qué trazas tiene su padre, si se puede saber?
-No lo conozco -le dije-. Sólo sé que se llama Pedro Páramo.
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